El arpa, un instrumento musical que bien puede verse como metáfora de lo femenino, es intervenido sustituyendo sus cuerdas con alambres de espino. Estos alambres pueden hablar de un silencio desgarrador, una sorpresa que hiere. Aquello que está usualmente hecho para escuchar, para tocar, se transmuta en un instrumento de tortura. La obra viene a ser también una suerte de alegoría a algunas personas que, teniendo la potencialidad de ser música, terminan siendo presos de sus propios actos.

The harp, a musical instrument that can well be seen as a metaphor for the feminine, is intervened by replacing its strings with barbed wire. These wires can speak of a heartbreaking silence, a surprise that hurts. What is usually made to be listened, to be touched, becomes an instrument of torture. It can serve as an allegory to some people who, having the potential to be a musician, end up being prisoners of their own actions.